Nos planteamos si: ¿Mejor o peor que el anterior? Sí, es esa de los cursos gratis para trabajadores. Bueno eso de gratis, hay que matizarlo un poco.
Desde principios de los 90 y con la ayuda del Fondo Social Europeo, se puso en marcha el sistema de formación continua. Los cursos se financian mediante un impuesto que se denomina Formación Profesional, si miráis en cualquier nómina veréis un epígrafe denominado F.P. Este impuesto suele ser entre el 0,5% y el 0,7% del salario del trabajador, es decir el empresario paga esta cantidad y el trabajador deja de recibirla, así que hagas o no los cursos, este impuesto hay que pagarlo.
En el antiguo sistema (hasta el año 2003), los cursos de formación continua eran en su mayoría cosa de los sindicatos y de las confederaciones de empresarios. Se presentaban proyectos, con una serie de alumnos y empresas participantes y después de ser valoradas por el Forcem, se adelantaba el dinero para iniciar los cursos. El período transcurrido entre la solicitud y la aprobación del proyecto era de aproximadamente un año, con lo que las empresas que estaban interesadas en realizar alguna acción formativa específica, a la hora de empezar el curso, ese interés o necesidad había desaparecido. Además existía poca información de a que entidades se debía dirigir la empresa para poder participar en este sistema de formación.
Hoy en día el sistema ha cambiado y cualquier empresa o trabajador, puede participar en este sistema de formación y realizar el curso que haya elegido en un plazo no superior a 40 días. No hay dinero de por medio como antes, simplemente, las empresas tienen una cuota anual para la formación continua, que será igual al porcentaje que le pertenezca según el nº de trabajadores de la empresa, y a la cantidad que haya pagado en concepto de Formación Profesional.
Un ejemplo práctico: una empresa con 7 trabajadores que paga de cuota de F.P. anual 560 euros. Al ser menor de 10 trabajadores, le corresponde el 100% de lo pagado es decir 560 euros. Ahora sólo tiene que buscar un centro de formación o un profesor para que imparta los cursos a su/s trabajadores. Una vez terminado el curso la empresa paga al profesor o centro de formación, y después esa cantidad la desquita de sus impuestos. Para acabar, la empresa y sus trabajadores han realizado un curso específico para ellos, y no les ha costado nada a empresario y trabajador, porque lo están pagando todo el año, realicen o no los cursos.
Actualmente existen muchas empresas que se dedican a organizar y gestionar la formación continua. Facilitando a las empresas su acceso a este sistema, se encargan de todo el proceso formativo, desde preparar la documentación necesaria hasta la impartición de la acción formativa, en cualquiera de sus modalidades (presencial, a distancia, teleformación).
Así que no esperéis más y formad a sus trabajadores, en un sistema gratuito y especializado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario